Hoy estuve toda la tarde en un curso con un profesor francés que si bien habla, explica y se hace entender perfectamente en castellano, apenas dice mu su voz delata que no es de acá. Su pronunciación está contaminada de francés y las palabras, aunque sean familiares, suenan elegante. Como París.
Así, las 3 horas que duró la clase ganaron un estilo muy glamorso y, a pesar del cansancio que venia acarreando desde la mañana, el touch de divismo que sumó el cálido modo de expresarse del profe, me obligó a no perderme ni un detalle y estar super atenta.
Comúnmente, en el español afrancesado predominan las Ges en detrimento de las eRRe que cuestan más. Así, si nosotros decimos, supongamos, “revisemos este ejercicio de retórica” el que viene de Francia dirá,“gevisemos iste egercicio de getógica”, como sacando las palabras de un lugar distinto de la garganta, sin esfuerzo.
Comúnmente, en el español afrancesado predominan las Ges en detrimento de las eRRe que cuestan más. Así, si nosotros decimos, supongamos, “revisemos este ejercicio de retórica” el que viene de Francia dirá,“gevisemos iste egercicio de getógica”, como sacando las palabras de un lugar distinto de la garganta, sin esfuerzo.
Y podemos sumar la llegada de la primavera, la tarde de sol y los buenos humores pero la cosa es que, con ese panorama, desde que el profesor se presentó no pude dejar de notar cómo es que iba diciendo, a su manera, lo que tenía para decir. Y eso me trasladó, sin escalas, a París –Paguis-, Francia –Fancia-, las croissants, la patisserie, la torre Eiffel, j'adore, la amour…
Lo curioso es que el ambiente french style apareció en mi mente asociado a unos hombres marineros de tez blanquísima, ojos claros y zarpando en algun muellecito de Niza y a mujeres muy chic, con mayas rayadas, miradas penetrantes y los labios pintados de rojo.
Quizás la conexión mental vino por el lado de los colores de la bandera francesa: azul, blanco y rojo. O, vaya uno a saber, si en alguna de mis vidas pasadas fui marinero de altamar.
Pero nada es muy enigmático si tenemos en cuenta que, una de las tendencias fuertes que se viene y vuelve con todo para este verano, es el look navy.
Ahí está!. Es que, en los últimos días, estuve viendo las campañas de muchas marcas y de diseñadores que apostaron a la sofisticación francesa del look navy para sus colecciones primavera verano 2010- 2011. Un clásico que siempre vuelve y se reinventa sin perder su distinción.
La tonada francesa me conectó instantáneamente con el estilo naútico. Una remera blanca con rayas azules y un pañuelo rojo al cuello. ¿ Y a ustedes qué es lo primero que se les viene a la mente cuando digo Francia?.
